A una semana de iniciar la aventura con Cámara Rodante, empecé con molestias en la garganta lo cual me preocupo pero inmediatamente fui al Dr. ya que un malestar de garganta no sería un obstáculo para perderme de esta maravillosa rodada, en compañía de mi amiguita Mónica y Cecy. Mi amigo Humberto al igual que yo se enfermó y lamentablemente él tuvo que cancelar y eso me puso en alerta para recuperarme y no cancelar, toda la semana tome mi medicamento al pie de la letra para poder recuperarme, todo iba bien hasta que un día antes para partir a Tepic empecé a sentir malestar de gripe mi tos se hizo más intensa, pero aun así no pasaba por mi mente cancelar mi corazón me impulsaba.
Llego el viernes el día de partida y yo me sentía aun peor llegue a casa después de una jornada laboral con las defensas bajas pero aun con el entusiasmo de realizar esta aventura acomode mi maleta con todo lo necesario, prepare mi bicicleta alias la "GIGANTE" emocionado y a las ves decaído por mi enfermedad partí al punto de reunión donde fui el primero en llegar.
Me recibió Edgar y Sofí que cuando me vieron se sorprendieron por mi estado de salud y muy atentos me ofrecieron un té calientito para poder sentirme mejor, empezaron a llegar uno a uno todos los compañeros que haríamos el viaje y yo sintiéndome mal y preocupado porque podría contagiarlos pero aun así siempre todos y cada uno me daban ánimos para no cancelar, ya cuando no aguante más subí al autobús a tratar de dormir un poco para descansar.
Ya arriba del autobús veía como todos estaban emocionados subiendo las bicis y maletas. Llego la hora de partir a Tepic. Por todo el medicamento y mi estado caí rendido y desperté cuando llegamos al hotel.
Yo seguía mal, después de bajar maletas y las bicis, todos en cadena, fue rápido y yo al no sentir mejora alguna decidí salir a buscar una farmacia para ver si con una inyección mejoraba porque no quería dejar de rodar al momento que le aviso a Sofí también me comenta que iría ella y Pedro quien tuvo una herida en su mano izquierda la cual requería atención médica. Cecy, Mony Sofí, Pedro y yo salimos en busca de atención.
Llegamos a un hospital particular donde nos atendieron y cual fue mi sorpresa solo me recetaron un jarabe, después a buscar una farmacia para surtir la receta caminamos y caminamos y no la encontrábamos hasta que por fin llegamos después de tomar un taxi, cabe decir que en todo momento mis amigas Mony y Cecy estuvieron al pendiente de mi salud esperando me recuperara para rodar el sábado me daban ánimos pero a la vez me decían que me fuera en el autobús preocupadas por mi salud y mi corazón se negaba a tomar esa decisión. Ya en hotel me tome mi coctel de medicamento con la intención de amanecer mejor y poder rodar con todos. Quien me veía me preguntaba si así rodaría y yo con toda la actitud decía que sí, que en la mañana estaría mejor.
Por fin llegó el día esperado. Me levanté aun mal y con algo de sueño ya que por la tos me fue difícil dormir, pero con la actitud de rodar sin importar como me sentía prepare todo y estaba listo. Para iniciar Edgar y Pedro me preguntaron cómo seguía y que si así rodaría, les dije: lo voy a intentar hasta donde pueda.
Y les dije: quizás sea el remedio para sentirme mejor rodar. Y se llegó la hora de iniciar y antes de arrancar Cecy una compañera tropezó y se lastimo su tobillo pero aun así se subió a su bici y a rodar. El clima era frio y yo me sentía peor. Llegamos a un Oxxo a esperar a quien sería la barredora lo cual pensé que si en un momento no podía tendría que subir. Mi amiguita Mony. preocupada aun por mi salud. me decía que me subiera a la barredora y yo me negaba y mejor le pedí de favor me comprara un café y unas galletas que me dieron algo de energía.
Empezamos a rodar ya rumbo al tramo más difícil una subida de aproximadamente 8 km. Mi mente y cuerpo me decían que no podría que subiera a la barredora pero mi corazón y la pasión por rodar me daban ánimos de seguir km a km.
Mi esfuerzo eras más y más me costaba trabajo y de repente vi compañeros que se subieron a la barredora y veía como todos subían con gran entusiasmo y yo me queda atrás junto con Cecy la cual también se sentía débil y cansada por su tobillo llegamos al km 3 y la barredora no regresaba fue cuando pensé que estaba lejos aún por que la barredora tardo en regresar.
Ya a lo lejos veo a un amigo en bici, Juan. quien se regresó preocupado por nosotros y me pregunto cómo estaba le dije que me sentía igual de mal pero que mi corazón y orgullo podían más, además de que si me subía a la barredora mi amiguita Mony no dejaría de echarme carilla y seria tema de mucho tiempo.
Ya con el apoyo de Juan quien hablo por radio para pedir la barredora para Cecy me dijo tu dale yo me quedo con ella. Después de unos minutos la barredora regresaba por Cecy y después Juan me alcanzo para acompañarme y darme ánimos en todo el trayecto. Cada km que avanzaba se me hacía más difícil mi mente pedía que parara y subiera a la barredora pero mi corazón latía más fuerte y se esforzaba más para no rendirse. Cada curva, cada subida se hacía aún más difícil km tras km no encontraba el final.
Hasta que en una curva una gran sorpresa vi el km 7 y de tras de mi la barredora seguí y seguí hasta que por fin vi el km 8 y juan me dijo ya lo lograste y en eso escuche un grito de mi amiguita Mónica que a lo lejos me daba ánimos y por fin iniciaba el descenso.
Sentí que había llegado a la cima más alta del mundo, que con mi estado de salud no di un 20, 50, 80, 100 % tuve que dar un 200% para poder lograr y comprobé que aun cuando tus piernas ya no pueden, tu mente dice que ya no, tu corazón y el amor por las rodadas pueden más y que cuando amas algo no hay obstáculo que te detenga.
La recompensa al esfuerzo fue un rico desayuno y la admiración y felicitación de todos por haber logrado conquistar los 8 km de subida en mi estado de salud. venia lo mejor un descenso de mucha técnica y paisajes hermosos que el ciclismo te permite disfrutar en compañía de muy grandes amigos.
Una de mis mejores aventuras en montaña, carretera, playa y cd y un gran fin de semana conviviendo con grandes amigos y nuevas personas que tuve la oportunidad de conocer en este viaje y comprobar que el ciclismo de montaña no tiene fronteras y que vayas a donde vayas encontraras un ciclista hermano. Hoy ya tengo nuevas amistades en San Blas.
Ya para finalizar, no me queda más que agradecer a Cámara Rodante por hacer posible que disfrutemos de tantos lugares bellos que tiene nuestro México y que se pueden disfrutar y mi más grande agradecimiento a Mony, Pedro, Cecy, Edgar Sofí y Juan por preocuparse en cada momento por mi salud y una disculpa muy grande porque creo contagie a todos pero agradezco a todos por siempre preguntar como seguía y por ser parte de esta gran familia llamada Cámara Rodante.
No me queda más que invitarlos a que se animen a rodar con Cámara Rodante, el mejor grupo de biciturismo por su calidad de gente que tienen de staff gracias mil gracias.
Crónica de Jesús Lizarraga
Cámara Rodante.
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